Embarazada y ahora qué vais a hacer ¿quedaros uno en casa cuidando al bebé o seguir trabajando los dos?
Cuándo me quedé embarazada estaba trabajando en una gran empresa de alimentación. Tenía turno de mañana una semana y turno de tarde la semana siguiente.
Así sucesivamente.
Esto significa que una semana salía muy temprano de casa, a las 4:00, y a la siguiente llegaba muy tarde, casi a las 12 de las noche.
Mi marido también trabaja a turnos.
Después de la euforia inicial tras enterarnos de la noticia de nuestra vida empezamos enseguida a pensar en nuestra vida con un bebé. Queríamos hacerlo bien y no había tiempo que perder.
Lo primero, sería decidir quién y cómo se ocuparía del bebé.
Al trabajar a turnos el planteamiento era el siguiente:
- Cuándo tuviéramos turno de mañana necesitaríamos una niñera de madrugada que después llevara al bebé a la guardería.
- Cuándo tuviéramos turno de tarde nosotros lo dejaríamos en la guardería de donde lo recogería la niñera y se quedaría con el hasta que uno de nosotros llegara.
- Si teníamos turnos contrarios, sólo necesitaríamos la niñera un par de horas al medio día.
Ahora se nos planteaba otro problema, el gran problema: ¿encontraríamos una niñera que se adaptara a ese horario?
Nos pusimos manos a la obra y empezamos a mirar y a preguntar. Pronto llegamos a la conclusión de que era inviable, además el estipendio por hora de las buenas niñeras (no digamos de las muy buenas o excepcionalmente buenas) era superior al mío. Y la guardería tampoco es nada barata.
Pero la verdad es que no había nadie que se adaptara a esos horarios cambiantes.
La cosa se estaba dando la vuelta.
Ahora lo que me preguntaba era si podía permitirme trabajar fuera de casa porque los gastos de trabajar fuera más los gastos de las personas cualificadas para el cuidado del bebé eran casi mi sueldo.
En nuestro caso, mi marido ganaba bastante más que yo así que era mi trabajo el que no compensaba. Y, creedme, yo no trabajo por amor al arte y menos teniendo un bebé en casa.
Si a esto le sumamos la desventaja de no criar a tu hijo y dejarle once horas al día al cuidado de otras personas, la balanza se inclinó definitivamente hacia el lado de quedarme en casa.
Había otro pequeño problema: quizá la pequeña diferencia entre mi sueldo y los gastos de sus cuidadores nos resultara imprescindible para la sostenibilidad del hogar.
Ahora tocaba hacer las cuentas del hogar. La cosa es fácil: no puede salir más dinero del que entra. Por suerte, nosotros llevamos constancia mensual de todos los gastos desde hace años. Además prevemos en nuestro presupuesto las facturas gordas anuales: impuesto circulación, seguros de coches y casa e impuesto radio y televisión (esto es en Suiza). A mayores, tenemos calculado un margen para imprevistos.
¿Cómo calcular si debes o puedes quedarte en casa?
Si hasta ahora no lo hacíais, empezad haciendo una hoja de cálculo para calcular vuestros gastos o, si os va mejor, hacedlo a mano o en el móvil:
Gastos
- Suma todos los gastos fijos mensuales: vivienda, préstamos, seguro médico, internet, …
- Suma todos los gastos fijos variables: teléfono, luz y agua, pagos tarjetas de crédito…
- Guardad todos y cada uno de los tiques de vuestras compras, estética, peluquería, gastos de combustible, facturas del taller TODO.
- Contabilizad «gastos hormiga«. TODOS. Muchos «poquitos» a lo largo del mes hacen un «mucho». Debeis ser honrados con vosotros mismos e incluir cualquier gasto por pequeño que sea.
- El último día de cada mes sumadlo todo.
- Guardadlo para saber mes a mes si aumentan o disminuyen los gastos y en qué.
Como extra yo incluiría una pequeña cantidad mensual para el fondo de emergencia y otra pequeña cantidad para una cuenta de imprevistos.
Ingresos
- Sumad vuestros sueldos.
- Añadid cualquier ingreso extra que tengáis (blogs, alquiler de viviendas, trabajos extras que hagáis…).
Esto debéis hacerlo todos los meses y os dará una idea de cómo está realmente vuestra economía doméstica. En principio, y desde el primer momento, el sueldo del que se quede en casa debería poder ahorrarse entero. Os servirá de reserva para imprevistos. Si no es así y os gastáis un sueldo entero y parte del otro o los dos sueldos, analizad vuestros gastos.
Análisis de gastos y medidas para reducirlos
- ¿En qué os gastáis el dinero?
- ¿De que podéis prescindir para eliminar ese gasto?
- ¿Qué gastos podéis reducir?
Tengo varios post que os puedes ayudar:
- Cómo eliminar los gastos hormiga.
- Cómo ahorrar en la compra ANTES de ir a comprar.
- Excusas para NO ahorrar.
Ahora ya sabréis cómo cuadrar, si es posible, las cuentas de casa con un solo sueldo. A estos gastos habrá que sumar los del bebé.
Para evitarse sustos, intentad calcular lo más exacto posible los gastos que supone dejar el bebé al cuidado de otras personas y restadlo al sueldo del que se baraje que se quede en casa. Quizás, seguir trabajando sea la opción menos económica o la diferencia sea muy poca y prefiráis que uno se quede en casa para cuidar a vuestro bebé.
En nuestro caso, pronto se despejaron las dudas. Llevar una contabilidad doméstica desde hace años nos lo hizo rápido y fácil. Identificamos los gastos superfluos, hicimos ajustes y hemos aprendido a comprar responsablemente.
Yo me quedo en casa cuidando de nuestro mi bebé. No nos hemos arrepentido ni un sólo segundo y viendo lo feliz que es, sabemos que hemos tomado la mejor decisión. Soy muy afortunada por poder quedarme en casa porque algunas familias no se lo pueden permitir ni por un par de años.
*NOTA: Este es uno de los primeros post del blog, es del 2015. Medio año más tarde conseguí un trabajo por solo unas horas a la semana y bien pagado. Sigo en esa empresa y me encanta mi trabajo. Dejar mi trabajo para cuidar a mi niña fue una de las mejores decisiones de mi vida y aceptar el nuevo trabajo, también.
Si estás en el mismo caso que yo, lo que te aconsejo es que, quien menos cobre, intente buscar un trabajo para uno de los días del fin de semana o algunas horas de noche. De ese modo, todo el dinero ganado será limpio porque no necesitaréis pagar cuidadores.
¿Cómo ha sido esta decisión en vuestro caso?