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Menú semanal: errores fatales [y cómo evitarlos]

¿Cómo hacer un menú semanal útil?

Que lo hagamos y que ya no tengamos que pensar más en las comidas en toda la semana.

Menú de preocupación cero, lo llamo yo.

Para empezar evitando algunas cosas.

Sé de esto.

En cinco minutos tengo listo el menú para las próximas dos semanas.

En quince, él de todo el mes más la lista de la compra por supermercados incluyendo cosas de limpieza, aseo, lo que le falte a los niños …

Mi único mérito es que planifico un menú realista para mi familia. Lo hago hace muchos años. Cuando empecé a hacerlos, tardé algunas semanas en dominar el tema.

Por ahí se ven muchos menús impresionantes tipo 7 desayunos de película, 7 comidas tradicionales con postre, 7 meriendas caseras y 7 cenas de restaurante.

Más snacks, claro.

¿Un buen menú semanal debe ser así?

Los míos ni se aproximan.

Muchos de esos menús son hechos expresamente para redes o webs NO para una familia y menos para TU familia así que quizá te despisten más que te ayuden.

Analicemos un momento esos menús y los menús que hace gente como yo para su familia.

Menús reales vs menús impresionantes

Menús impresionantes

Veamos los problemas de los menús impresionantes:

  • Demasiada comida. La obesidad es un problema real y no finjamos que somos todos deportistas de élite. La mayoría necesitamos una cantidad de comida bastante moderada. En las familias grandes seguramente necesiten cocinar todo a diario pero en familias de 5 personas o menos, no. Me crié en una casa de ocho, sé de lo que hablo. Se hacían comidas para dos días y desayunábamos lo mismo casi todos los días.
  • Demasiado gasto. Tanta rotación y tantas comidas suponen que vamos a tener que tirar comida. No hay días de aprovechamiento de sobras por lo que o tiramos lo que tenemos hecho o tiramos lo que hemos comprado y no usamos (o pasamos del plan del menú). Por no hablar de los ingredientes que sirven para una sola comida y de los que necesitamos solo un poquito.
  • Pérdida de tiempo brutal. Hacer comidas muy laboriosas varias veces al día es un montón de tiempo que quizá tienes o quizá no. Si tienes ese tiempo y lo quieres dedicar a la cocina, genial pero para la mayoría estar varías horas cocinando NO es viable. Además hay que incluir el tiempo de la compra que, si no tienes bastante espacio para almacenar, tendrás que hacer con más frecuencia.
  • Demasiadas comidas nuevas. Lo que no dominamos nos cuesta más y nos lleva más tiempo. ¿Por qué someternos a ese estrés en nuestro día a día varias veces a la semana?

Menús semanales reales

Resumiendo, en un menú real:

  • Se aprovechan las sobras.
  • No todos los días se hacen 4 comidas nuevas.
  • Las recetas son casi siempre las habituales.
  • La cena o la comida son más ligeras.
  • No hay 2 platos y postre para comer y cenar cada día.
  • Se usan conservas y congelados.
  • No se juega a ser nutricionistas poniendo las supuestas raciones de cada cosa que se supone que necesitamos. Básicamente, es una chorrada porque cada uno tenemos unas necesidades individuales.

Errores al hacer un menú semanal

  1. NO saber por qué haces un menú semanal. ¿En qué te beneficia hacerlo? A mí me quita un montón de estrés tener claro todo lo que voy a cocinar en las siguientes semanas. Ahorro tiempo y un montón de dinero porque compro sabiendo qué necesito. Compras más rápidas. No desperdiciamos casi comida, lo que es más ahorro aún. Si lo haces porque está de moda pero no ves los beneficios para ti, lo dejarás pronto.
  2. Copiar un menú de Internet o de otra persona. Muchos menús que encontramos por Internet están hechos específicamente para Insta o para un post y son bastante más guays de lo que suelen ser las comidas reales semanales de una familia. Por otro lado, un menú bien hecho tiene que estar adaptado a la vida de una familia y es difícil que dos familias coincidan exactamente en agendas, gustos, clima, necesidades, presupuestos…
  3. NO tener en cuenta el presupuesto familiar. Un menú de fantasía con pescados y carnes caros no tiene sentido si no lo puedes pagar. Podemos comer bien y saludable con casi cualquier presupuesto pero tenemos que ser consientes de lo que podemos gastar cada semana. Márcate un presupuesto semanal y ajusta las recetas de la semana a él. Cuando lo controles, podrás hacerlo cada dos semanas y después incluso mensualmente.
  4. NO hacer la lista de la compra para el menú. No son dos cosas individuales, la lista de la compra es parte de hacer un menú semanal. Sin los ingredientes, no hay comida. Además es la forma en la que podemos mantener el presupuesto e ir calculando las cantidades que necesitamos cada semana para no tener que tirar comida o quedarnos cortos.
  5. NO tener una lista de desayunos, comidas, meriendas, cenas y snack. Necesitas una lista para cada tipo de comida de recetas que tengas dominadas, os gusten y te encajen el tiempo del que dispones y en el presupuesto. Sin esa lista, perderás mucho tiempo pensando qué cocinar.
  6. NO tener en cuenta la agenda familiar. Citas, días alguien llega tarde o hay que recoger a uno de los peques de las extra escolares, turnos de trabajo, eventos, invitados … Tienes que saber cuanto tiempo tienes para cocinar y para comer y si habrá invitados. Si solo tienes 40 minutos para comer, no dediques 30 a cocinar. Mejor cocina en 10, come en 20 y recoge en los restantes.
  7. Olvidarte de tener en cuenta el tiempo de recoger y lavar todos los cacharros. Si vas mal de tiempo, ensucia lo menos posible. Lo último que quieres al acabar el día cuando ya no puedes más es tener que limpiar los cacharros de todo el día.
  8. Muchas recetas nuevas. No sabes cuanto tiempo te llevarán y te puede complicar la agenda. Mejor introduce recetas nuevas poco a poco y cuando tengas más tiempo. Cuando veas que encajan en tu tiempo y presupuesto y os gustan, añádelas a la lista que corresponda.
  9. 7 comidas nuevas, 4 veces al día. ¡Venga, ya! ¿En serio vas a hacer un delicioso estofado hoy que te llevará horas en una miniolla para que no sobre? Lo práctico es que llegue para dos día e incluso tres. Y, no, rotar las comidas cada día NO es más saludable. La porquería es porquería rotándola o no y lo saludable, teniendo nevera, sigue siendo saludable mañana. Desayunar muesli casero y té cada día será más sano que desayunar bizcocho y rotarlo con galletas y tostadas con mermelada.
  10. Escribir TODO en el menú. Si todos los días tomas té o café para desayunar ¿porqué demonios lo escribes? ¿se te va a olvidar? ¿se te olvida el agua en la comida? Pues eso, seamos prácticos. Lo que es repetitivo, lo pones en la lista de la compra y listo.
  11. No escribir TODO en el menú. Los nombres de las comidas tienen que ser bastante claros. Por ejemplo, en una comida poner solo pavo. ¿Cómo harás el pavo y con qué? Una de las ventajas de tener un menú es no tener que pensar. Si no especificas qué vas a hacer exactamente no te sirve de mucho.
  12. Recetas que no se adaptan a tu realidad: recetas deliciosas pero que requieren más tiempo del que dispones, recetas con ingredientes que se salen de tu presupuesto. Lo dicho, céntrate en tu vida y sé consciente del tiempo y presupuesto que tienes para cocinar.
  13. No tener en cuenta lo que vas a tener qué comprar y cuando. La compra es parte de la planificación del menú. Ten en cuenta que día vas a comprar para apuntar las recetas con productos frescos en ese día y los siguientes.
  14. No revisar los alimentos que ya tienes en casa. Mira qué puedes hacer con lo que tienes en casa dando prioridad a los productos perecederos. Tirar comida es tirar dinero.
  15. Todo fresco. La carne y pescado congelados son igual de buenos que los frescos y las verduras congeladas prácticamente igual. Lo mismo pasa con muchas conservas. Hay muchos buenos nutricionistas que explican cuales son los procesados buenos. Hazte el favor y úsalos, verás el tiempo que ahorras comprando.
  16. Jugar a ser nutricionistas experimentados. Lo de no sé cuantas raciones de no sé qué a la semana tiene varios problemas. A ver, ¿cuánto es una ración para un niño de 4 años, cuánto para un hombre de 30 que trabaja en oficina y no hace casi ejercicio y cuánto para una profesora de yoga y boxeo que además tiene un perro y camina un par de horas al día? ¿Ración es lo mismo que porción? Fiarse del menú saludable del vecino del quinto o del influencer de moda de turno es mucho fiarse. Os recomiendo El jamón de York no engorda de @boticariagarcia si queréis empezar a tener algo de idea de lo que es comida saludable aunque después hagáis lo que os dé la gana ;D.
  17. No tener prevista la preparación de los ingredientes . Por ejemplo, olvidarte de poner los garbanzos a remojo o la carne a descongelar. Esto lo arreglas poniendo una nota el día antes en el menú o revisar rutinariamente el menú del día siguiente (que es lo que te recomiendo).
  18. Demasiada rigidez con tu menú. Hacer todas las recetas sin tener en cuenta si hay demasiadas sobras. Soluciónalo retrasando las recetas un día o eliminando alguna que no tenga productos frescos que haya que tirar si no los cocinas y en su lugar, comed las sobras. Muchas sobras también se pueden congelar pero asegúrate de incluirlas en el menú de las siguientes semanas.
  19. No reutilizar los menús semanales. Si tienes tres o cuatro menús semanales que te hayan funcionado bien, reúsalos.

Resumiendo, un menú semanal no tiene que ser bonito sino práctico y adaptado a tu familia. ¿Coincides conmigo?

¿Qué es lo que más te gusta de hacer los menús semanales? ¿En qué fallaron los primeros que hiciste?

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