La crianza es bonita… y dura. A veces, es como una sucesión de errores que parece que no acaba (no son tantos, pero es que lo que nos centramos).
Todos cometemos errores, es parte del aprendizaje aunque fastidie. Lo importante es darse cuenta e intentar solucionarlo. Hay 5 errores que, según mi experiencia, son muy comunes entre los padres. Os voy hablando de cada uno y de cómo podemos evitarlos para criar a nuestros hijos con más sentido común y menos estrés.
Ya te digo yo que no hay padre o madre que no haya caído en ellos. La mayoría, los hemos cometido todos muchas veces, incluso queriendo no hacerlos.
Antes de seguir te recomiendo un libro que cambió la forma de ver la crianza: El cerebro del niño. Ya tiene años, pero a mí me abrió los ojos cuando aún estaba embarazada. Ahí supe el tipo de crianza que quería para mi bebé. Otro libro interesante que se me viene ahora a la cabeza es Cómo Hablar Para Que Sus Hijos Le Escuchen y Cómo Escuchar Para Que Sus Hijos Le Hablen (NIÑOS Y ADOLESCENTES) . Va justo de lo que dice el título.
Si te interesan los libros de crianza, hace ya años escribí este post recomendando algunos, aunque pensaba en padres primerizos o con niños aún pequeños (como digo yo, padres frescos), son interesantes siempre.
5 errores comunes de crianza
Error 1: La comparación constante
- ¿Cuántas veces hemos comparado a nuestros hijos con otros niños? Todos lo hemos hecho aunque haya sido inconscientemente. El problema es cuando no solo pasa por nuestra mente sino que también lo decimos en alto. Incluso si nuestra intención es no comparar nunca, es complicado que no se nos escape algo: «eras el único que no se estaba quieto», «¿las notas de los demás también son así?», «tu amiga no se mancha cuando come», … No es cuestión de flagelarnos por un desliz, el problema viene cuando lo hacemos sistemáticamente. La comparación constante puede dañar la autoestima de nuestros hijos y generar resentimiento. No es eficaz para que aprendan o se esfuercen más, de hecho, a veces es al revés. Típica «técnica» de antes: despreciar. Porque sí comparar es despreciar.
- Cómo evitarlo: Fomentando la individualidad de nuestros hijos. Celebra sus logros y fortalezas únicas. Ayúdalos a desarrollar sus propios talentos y pasiones. Y sobre todo, cállate, cállate mucho. A veces si lo pensamos un segundo, ya ni se nos ocurre decirlo. Pero es que hablamos en caliente o sin pensarlo. Aunque lo pensemos, NO tenemos por qué decirlo. El autocontrol es un superpoder.
Yo reconozco que alguna vez algo se me ha escapado, pero procuro que no pase. Entre hermanos, jamás. Ahí tengo un cuidado tremendo. Para mí es una línea roja total.
Es algo que tengo muy en cuenta porque en el parque he oído de todo, más de una vez me han dado ganas de mandar callar a un padre o una abuela.
Error 2: El exceso de protección
- Esto es difícil, doloroso incluso. Queremos proteger a nuestros hijos de todo mal, pero el exceso de protección puede impedir que aprendan a enfrentar los desafíos y desarrollar resiliencia. Ellos tienen que ir abriendo sus caminitos en la vida y apartando, rodeando o saltando las piedras que se vayan encontrando. A veces, los podremos aconsejar, pero tienen que ir apañándoselas. Cuando me enteré que mis niños se subían a los árboles casi me da un patatús. ¡Y resulta que les había enseñado su padre! Voy a reclamarle y me dice todo tranquilo «Sí, hace mucho que pueden. Lo hacen muy bien. Pero tienen que seguir esta norma: si no puedo bajar solo, no subo». Me callé porque él tenía toda la razón. No es que no se puedan subir, es que tienen que saber subir y cuando hacerlo.
- Cómo evitarlo: Permíteles cometer errores y aprender de ellos. Anímalos a asumir responsabilidades y a resolver sus propios problemas. Que tengan sus propias obligaciones en casa, hacer recados, asumir las consecuencias de sus errores, resolver los conflictos con los amigos… Aquí también funciona estupendamente lo de morderse la lengua ;D. Y, por supuesto, que decidan si pueden subirse al árbol o no.
Error 3: La falta de comunicación
- La comunicación abierta y honesta es fundamental para construir una relación sólida con nuestros hijos. La mayoría nos criamos en casas donde la comunicación era jerárquica total y lo que tenías que decir importaba poco o nada. Lo hacían lo mejor que podían y este tipo de comunicación unilateral estaba bien vista, así era como debía ser. El tipo de comunicación abierta que hay en mi casa tiene ventajas para los niños, pero también para los padres. Es una colaboración y los conflictos y las dudas se resuelven con rapidez. El resultado es una sensación de seguridad y paz constantes. Desde pequeños se sienten escuchados y es natural compartir los miedos y problemas. Esto será una gran ventaja cuando crezcan.
- Cómo evitarlo: Escúchalos activamente, muestra interés en sus opiniones y sentimientos, y exprésate con claridad y respeto. Comparte y deja que compartan. En nuestra casa los niños siempre han participado en la elección y preparación de las vacaciones, los menús, comprar muebles…
Error 4: Olvidar el autocuidado:
- A veces, nos enfocamos tanto en nuestros hijos que olvidamos cuidar de nosotros mismos. Pero, ¿cómo podemos ser buenos padres si estamos agotados y estresados? Límites. Yo pequé de no pedir más ayuda, mi nivel de agotamiento cuando nació el segundo alcanzó cotas bastante peligrosas. Me arrepiento totalmente y por eso recomiendo tanto a las mamás con niños pequeñitos que se cuiden.
- Cómo evitarlo: Prioriza tu bienestar, escríbelo si es necesario, pero mira por tí. Dedica tiempo a actividades que te relajen y te recarguen. Recargarse es clave. Pide ayuda cuando la necesites.
Error 5: La expectativa de perfección:
- La maldición del primer hij@. Con los demás ya no nos da para tanta historia. Lo curioso es que proyectando en ellos nuestras expectativas les hacemos lo que nunca querríamos vivir nosotro mismos. La crianza es un proceso imperfecto y ese es parte de su encanto, aunque nos cueste un poquito verlo. No podemos controlar todo ni evitar todos los errores, no tienen que ser médicos-pianistas-pilotos-políglotas y presidentes del país antes de los 18. ¿Para qué? La vida es mucho más.
- Cómo evitarlo: Sé flexible y aprende a adaptarte a los cambios. Celebra los pequeños logros y no te castigues por los errores. Acepta que sus metas igual no coinciden en nada en las que tu te imaginabas.
¿Cuáles son los errores que has cometido en la crianza y qué has aprendido de ellos?