Ha llegado el sol intenso, intensísimo, y toca protegerse. Si bien es cierto que a los más peques les ponemos siempre sombrerito, de los niños no tan peques y de nosotros mismos solemos restarle imporntacia y lo dejamos pasar. En una encuesta que hice en mi Instagram solo el 21% de las y los votantes usamos sombrero. ¡Me parece poquísimo! Sobretodo en las que pasamos mucho tiempo fuera con los peques.
No sé ni cuando empecé a usar sombrero pero en cuanto sube la temperatura no salgo sin él. Va con las gafas de sol, es ya un gesto automático. Los peques tienen los suyos en una caja junto a la puerta y ellos mismos escogen el que quieren llevar cuando salen sin decirles nada. Tener dos es suficiente si uno es neutro y va con todo, con el otro podemos arriesgarnos más.
Tanto para pasear como para pasar la tarde en el parque, playa o piscina, mantener la cabeza tapadita del sol es algo que nuestra salud va agradecer. Por no hablar de lo bien que tapan un buen despeinado o un pelo regulín de limpio ;D.
El sombrero nos puede evitar quemaduras, dolor de cabeza y muchas arrugas. La clave es elegir un modelo que nos resulte cómodo y nos guste, así nos lo pondremos seguro.
Claves para escoger sombrero
El objetivo de los sombreros es mantener la cabeza más fresca y proteger la piel de la cara, orejas y nuca de la acción del sol. De paso, si vamos monos, pues mejor.
- Talla correcta: si aprieta nos dolerá y nos hará sudar y si es muy grande se caerá y no se mantendrá en su sitio. Para saber la talla tenéis que medir la frente por encima de las cejas. En Internet encontraréis muchas tablas para saber que talla os corresponde según vuestro país.
- Material: para el verano debe ser ligero tela o paja, por ejemplo. Nada de sombreros de plástico o piel gruesa o se os achicharrará el cerebro (quizá eso no pero puede contribuir a un golpe de calor o dolor de cabeza).
- Color: los colores claros reflejan la luz del sol y nos ayudan a tener la cabeza más fresquita. Con los oscuros pasaréis mucha más calor, dejadlos para entretiempo. Por otro lado, los colores neutros son más fáciles de combinar ;D.
- Bisera o sombrero: la bisera tiene la desventaja de que no tapa la nuca ni las orejas pero la ventaja de que la puedes meter en cualquier bolso.
- Protección solar: para los bebés existen gorras con factor solar muy alto chulísimas que cubren la nuca y las orejas. Pero si sudan mucho, veréis que aguantarán mejor un sombrerito porque les da más el aire por la nuca (esto nos pasó a nosotros con el peque).
- Tamaño del ala: un pamelón puede ser muy mono pero es imposible de llevar si hace algo de viento, tienes que pegar una carrera detrás de un peque o hay mucha gente. Para estar en tu terracita o jardín leyendo es ideal, también para paseos tranquilos sin viento y queda mono en eventos (incómodo, vas chocando con todo el mundo). Si aún así quieres pamela elige ala no muy ancha y flexible que son más ponibles. Los de ala más corta son más cómodos. Si estás en zona de mucho viento, añádele un cordón y listo.
- Completos o sin la parte de arriba: sin la parte de arriba van bien para entretiempo pero con sol intenso mejor completo.
- Estilo: Busca y rebusca, seguro que encuentras algo que va ideal contigo. Pasa de supermega moda del momento, si no es lo tuyo. Para los hombres también los hay ideales aunque solo los más estilosos dejan las biseras y se los ponen a diario ( ¿o no?). Con los niños es cuestión de acostumbrarles de pequeños y dejarles escoger cuando son un poco más mayores aunque será difícil obligarles si no quieren.
Pues ya sabéis como escoger un sombrerito. A mí me toca comprar uno o dos porque solo tengo uno que han espachurrado en la mudanza.
TIP: en invierno dejadlos con un chal o algo dentro para que no pierdan la forma y os durarán varias temporadas.
¿Cuál es el sombrero de tu vida?