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60 cosas simples que vuelven locos a los peques

60 cosas simples que vuelven locos a los peques

Una vez fuimos peques ¿os acordáis? Nos entreteníamos con cualquier cosa incluso con los pocos juguetes que caían muy de vez en cuando en nuestras manos. Ahora nos hartamos de regalar a la mínima cosas a los peques de las que pasan olímpicamente la mayoría, sin exagerar, de las veces. De hecho, se entretienen más con cosas cotidianas como hacíamos nosotros.

Algunos intentamos reaprender a ser niños, a disfrutar más de lo simple. ¡Y lo bien que sienta cuando se consigue!

Os dejo una lista de cosas simples que vuelven locos a los peques para tener a mano en momentos de estrés-locura o para practicar lo de disfrutar como enanos de nuevo ;D. Con algunas muchos adultos volvemos a la niñez ipso facto.

¡Menos juguetes y más jugar!

60 cosas simples que vuelven locos a los peques

60 cosas simples que encantan a los niños [de 0 a 100]

Con cualquiera de estas cosas suelen entretenerse bastante aunque vaya por épocas. Ahora, si los imitas o les entras al trapo en sus juegos, disfrute seguro para todos los implicados ;D.

  1. Cajas de cartón. Es que no son cajas, son barcos, trenes, casas, establos,… ¿no lo ves?
  2. Agua. ¿Hasta dónde puedo hacerla saltar chapoteando con las manos? Fíjate como cae… ¿Esto se queda arriba o se va al fondo? Para aumentar el nivel haz circuitos de agua con botellas y cacharros que tengas por casa.
  3. Cualquier masa. ¿Sabéis esas bolitas antiestrés? Esto es mejor, mucho mejor. Si es masa de pan, además se puede comer en formas chulas, pizza… Esta plastilina casera comestible y en frío va perfecta desde que pueden sentarse y para los más mayores pueden hacerla ellos mismos.
  4. Tierra. Es que está llena de cosas, tiene un tacto interesante, huele, se puede mojar y guarrear con las manos, hacer montañas, hacer agujeros, enterrar cosas, enterrar mi mano, sembrar, plantar,…
  5. Arena. Hacer figuras, enterrarse, escavar…
  6. Zapatillas grandes. Es que caminar con diez, quince o veinte números más tiene que ser la leche. Los adultos normalmente tenemos complicado encontrar por casa zapatos enormes para jugar. Esto pocos lo podremos probar.
  7. Ropa grande. Yo me acuerdo de jugar de pequeña. Era lo más de lo más. Esos arcones en los desvanes… Truquillo: tus prendas preferidas que están estropeadas o no te sirven ya puedes guardarla para los peques.
  8. Lluvia. Es que es fascinante ver como cae, como lo moja todo, intentar beberla…
  9. Nieve. Caminar por la nieve enterrando los pies, intentar no caerse ni resbalar, hacer muñecos, tirar bolas, hacer un ángel….
  10. Espaguetis. Un misterio que «guarrear» con ellos les mole tanto que yo no acabo de entender, lo reconozco. Solo veo lo que tendré que limpiar luego pero pienso en que se lo comerá el perro y me relajo, jajajaja
  11. Enjabonarse infinitamente y hacer mucha espuma. A mí me gusta pero con el tiempo cada vez me ducho más rápido y hago un enjabonamiento express.
  12. Peinar pelazos ajenos. Mi prima sigue teniendo pesadillas de cuando yo se lo hacía. Ahora que mi hija me quiere «hacerme peinados» soy yo la que sufre, jajajja.
  13. Bolis o lápices ajenos. Otro misterio. Si no me deja hacer le presto los míos y ahí se pone a escribir seria y concentrada un buen rato.
  14. Chocolate. Bien, aquí coincide media humanidad.
  15. Los charcos. Saltarlos, pisarlos o escudriñar a ver si hay algún animalito que los habite (renacuajos).
  16. Los charcos helados. Sin miedo, a por ellos. Normalmente se rompen pero con muy bajas temperaturas se puede patinar sobre ellos. Sí, alguna culada nos hemos llevado.
  17. Pompitas de jabon. Son monas, fáciles, baratas …
  18. Celo, waschi tape o cualquier cinta adhesiva. El único peligro es no controlar donde las usan. Yo le doy un trozo de cartón o periódico y así me llevo pocas sorpresas por ahí pegadas.
  19. Pegatinas. Más de lo mismo. Las mejores las que dan gratis en el súper ;D.
  20. Lombrices. ¿Dónde está la cabeza? ¿A dónde van? ¿Qué comen?
  21. Caracoles y babosas. Ir paseando y pararte cada tres centímetros a observar a uno/a no tiene precio. Por encima, salen siempre en tropel.
  22. Insectos. Mis preferidos son las mariposas pero reconozco que hay muchos muy llamativos.
  23. Arácnidos. Entre el miedo y la fascinación desde pequeños.
  24. Gatos. Es ver uno e intentar que se deje acariciar.
  25. Pajarillos. Nosotros tenemos comedero y agua para ellos en la terraza. La verdad es que observarlos es muy entretenido sobretodo cuando se bañan.
  26. Pintarse la cara. Por desgracia, con cualquier pintura, se lave fácil o no.
  27. Maquillaje. Si mamá lo hace…. Pero lo suyo es mucho más creativo, jajaja.
  28. Texturas cremosas: champús, geles, cremas corporales, nata, mayonesa…
  29. Dar de comer a los patos y/o cisnes. Tip: ir por  la mañana que tienen más hambre(me lo ha dicho mi marido que es un experto en el tema).
  30. Teléfonos y tablets. Aunque estén bloqueados, jajaja.
  31. Arroz, polenta, fideos, macarrones… en una caja para jugar a hacer trasvases o para jugar a cocinitas.
  32. Pintura de dedos. Pintar (o algo así) y textura cremosa. ¿Cómo no les va a gustar? Para los más pequeñines podéis hacer pintura de dedos comestible.
  33. Pegamento y ponerse a pegar lo que sea donde sea..
  34. Purpurina. Usar con precaución que se reproduce cuando vas a limpiar.
  35. Disfrazarse. Ser otra persona pero con tu personalidad, jajajaja.
  36. Pintarse la uñas o pintárselas a alguien.
  37. Perros. Aunque les tengan miedo, les fascinan.
  38. Caballos. Que se acerquen para que los acaricies es un chute de chulería total.
  39. Zoo o parques de animales. A mí me resultan tristes pero reconozco que me sigue fascinando verlos de cerca tanto como a mi peque.
  40. La playa. El paraíso: conchas, arena, rocas, agua, pájaros, cangrejos, pececillos…
  41. El lago. Troncos flotando, no hay olas, fácil meter una lanchita hinchable…
  42. Ir a la piscina. Y ya con el churro de piscina es lo más de lo más.
  43. Ir descalzos. Mi yo adulto se debate entre lo que me gusta sentir la hierba, arena…y los posibles riesgos. Mi hija, se descalza y arreando.
  44. Rodar por la hierba. Solo se necesita un poco de pendiente. Puede haber piedras pero es lo más. Aviso:  a partir de los veinte el colocón se duplica cada tres años.
  45. Ayudar en la cocina. Para ellos es muy divertido aunque para nosotros es un reto conseguir que nos ayuden en vez de estorbar.
  46. Limpiar los cristales con limpiacristales. Sin flis flis, no tiene gracia, jajaja.
  47. Regar. Lo que sea, incluso plantas, jajajaja.
  48. Recolectar frutos del huerto o terraza. Estas cosas que hay que hacer con calma, mirando de no romper la planta y si está la fruta madura, son perfectos para el atardecer o antes de comer.
  49. Coger aromáticas para la comida. Pues lo mismo pero parándose siempre a oler y ver si la planta tiene agua.
  50. Los helados. Si hay que parar el mundo por tomar un helado, se para y listo.
  51. Hacer batidos en casa. Lavar la fruta, trocearla, añadir agua o leche y batir es como una minifiesta. Ideal para cortar momentos torbellino de locuras.
  52. Los parque infantiles. Grandes o pequeños es entrar y no querer irse jamás de los jamases.
  53. Fregar el suelo. Una fregona o mopa y se hartarán de correr. Limpio no queda pero ellos se entretienen un buen rato.
  54. Sacar el polvo. Con un trapo mojado. Todo lo mojado triunfa, jajaja.
  55. Lavar sus juguetes. Por Instagram he enseñado alguna vez como le pongo agua en un cacharo, un escurridero con una ensaladera de plástico debajo para que lave los muñecos de Playmobil y similares.
  56. Trepar a los árboles, escalar por las piedras, trepar en esos «juquetes» de cuerdas de los parques… El mundo desde arriba se ve mejor y el riesgo y conseguir hacerlo nos llama desde pequeños. Así es como se avanza, venciendo miedos ¿no?
  57. Jugar al escondite.  Me partía cuando mi niña solo escondía los ojos y creía que no la veíamos. Con el tiempo van aprendiendo y se esconden enteritos. Aún recuerdo cuando jugaba de pequeña y que toda la aldea era la zona de juego. ¡Qué bien nos lo pasábamos!
  58. Libros. De dibujos, sonidos, cómics, historias cortas, los libros de mamá y papá… Siguen siendo uno de mis juegos favoritos.
  59. Recoger piedras y lo que sea del suelo en plan tesoro. Con un cubo o bolsita de tela y un paseo por el campo o parque te aseguro un peque entretenido un buen rato. Se olvidan del resto del mundo.
  60. Jugar con mamá y/o papá. La última y más importante. Lo que pasa es que muchos adultos no sabemos jugar libremente como ellos y nos aburrimos y los aburrimos. Habrá que reaprender pero ¡cuánto cuesta librarse de la rigidez!

¿Con qué vuelves a disfrutar como una enana/un enano? ¿Añadirías algo a la lista?

4 comentarios en «60 cosas simples que vuelven locos a los peques»

  1. ¡cuidar a sus muñecos! en casa, bebés, muñecas grandes, osos gigantes, todos son alimentados, curados, dormidos, cambiados de pañal.. ¡de todo! mi hija es una madraza nata y les tiene a todos en palmitas, pasa horas con ellos, le encanta 🙂

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